¿Cursi? ¿En pleno siglo XXI?
Eran las 14:30 y el salía para verla
Se perfumó y utilizó aquella campera favorita
Antes de llegar se puso a pensar...
El era tan directo que se preocupaba por la frialdad con la que le hablaba a ella, muchas veces
¿Cómo podría decírselo? Decirle lo especial que era para él, sin sonar cursi o ridículo en pleno siglo XXI
Y decidió escribírselo en una carta...
Escribirle que amaba mirarla cuando ella no se daba cuenta. Y que su cabello rebelde, era el reflejo perfecto de su ser.
Que cuando tomaba su mano, aquellas lunas de invierno fenecían, creando girasoles de sonrisas en medio de su desierto.
Que pesar de no parecer interesado, él pensaba en ella cada minuto, contando los segundos, para estar al menos una hora juntos.
Escribirle que su piel era la cosa natural más hermosa y suave que había sentido, a la mierda la seda y sus mitos, su piel era magia y cuando chocaba con la suya... Un Big Bang de emociones surgía
Que ella no estaba mal, que ella era un tesoro digno de admirar... Que ella... Era lo más cercano a la perfección... Que él nunca lo dudo.
Que no importaban las tempestades si ella estaba a su lado ofreciéndole café y dulce de leche...
Que no había más química que hacer el amor y crear calor bajo un cielo de 0 grados
Que su lengua, la de ella, era el fuego que incendiaba el cuerpo suyo.
Que no había mejor refugio que el de estar entre sus brazos. h
Hacerle entender que si ella está, él no necesita de nadie más.
Que sí... Que podían ser la metáfora que sueñan y que volar se podía con un toque de imaginación acuestas.
Él... Él ya lo tenía todo escrito y guardo aquella carta en su bolsillo.
Llegó lentamente...
Ella salió radiante con La sonrisa que a él tanto le gustaba
Él sacó la carta y en un impulso, la tiró cerca de unas piedras.
Se acercó a ella y le dijo todo, todo lo que él sentía, sin más
Y a su vez entendió.
Que lo más ridículo en pleno siglo XXI... Sólo podría ser no atreverse a amar con palabras y a no decir lo que uno siente en verdad... A aquella alma que nos mantiene bien... Mientras su presencia dura al lado nuestro.
-Mc Camp
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